domingo, 17 de octubre de 2010

A LAS MARISCADAS

              
        Un liberado sindical de una gran empresa alhameña fue el 28 de Septiembre repartiendo pegatinas, que miden 335mm de largo por 240mm de ancho, en los comercios de Librilla, sobre las once de la mañana por toda avenida, la antigua carretera nacional 340. Entro a un restaurante y se puso en una esquina de la barra, donde nos ponemos los representantes, casualmente junto a mí. Cuando llego el dueño del establecimiento, donde estábamos nosotros se identifico el liberado y le enseña una pegatina que pone, “CERRADO POR LA HUELGA GENERAL 29 SEPTIEMBRE” el dueño del local le dice, - Con la huelga no se va a resolver nada, ya que todo esta aprobado y soy autónomo. El liberado da razones y defiende su postura de huelga. Acto continuo le deja una pegantita para que la coloque en el cristal de la puerta, se despide diciendo, - mañana pasaremos a ver como esta el local…
       El liberado pensó que como estaba en tierra extraña no seria conocido, craso error, conocemos su relación, Huelga – Opel
       Pero volvamos a la huelga o como últimamente se dice a las mariscada y cruceros. Si le informo el día 28, al dueño del restaurante, no es necesario ir a “informar” al día siguiente, a no ser que el piquete sea para otra cosa, como coacción, amenaza, intimidación o algo peor.
      El día 29 nuestro liberado entre otras actividades fue a parar el Polígono Industrial de las Salinas, allí se encontró saliendo de una fabrica de vulcanizados a un repartidor y en misma puerta le paro la furgoneta diciéndole, - No sabes que estamos en huelga, a lo que el trabajador, contesto, - si pero le tengo que dar de comer a mi familia. A lo que le respondió el liberado, - te informo que a la salida del polígono hay tres personas venidas de fuera que no serán tan amables y puede que te vuelquen la furgoneta. El repartidor metió la furgoneta a la fábrica y realizo su trabajo con su vehiculo.
      Pasado un tiempo nuestro repartidor debería pagar con la misma moneda. Presentarse en el puesto de trabajo del “informador” y decirle que deje de trabajar, este, por vergüenza torera tendría que hacerlo. No serviría para nada, el liberado no trabaja y cobra. Perdón, estos dos días si “trabajo”

      Una pregunta, ¿Después de huelga. Que? A las mariscadas, seguro.

2 comentarios:

  1. Esta y otras situaciones se dan por que el repartidor y el comerciante no hicieron valer sus derechos como ciudadanos, dirigiendo una denuncia a la guardia civil con aportacion de pruebas una la pegatina....otra las personas poco amables.....el malo no es malo si lo dejan; o por lo menos solo es malo cuando puede....si te callas te joden y tu te apañas...esta claro.

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  2. Esa es la democracia podrida de los sindicatos. Huelga no por convicción sino por bemoles.

    Eso sí, ellos son lo únicos que saben hacerlo, risitas en la radio del partido y un ministro de trabajo que donde dije digo, dije diego.

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