EL TAMBOR
Mr Spock |
Ayer se concentraron unos cuantos manifestantes frente a la puerta del Ayuntamiento de Murcia. Uno con un micrófono se puso a leer un comunicado que versaba sobre los miembros del cuerpo, donde tenían que decir cuál sería el jefe de todos los órganos corporales… sudor incluida.
El celebro quiere ser el jefe porque rige el cuerpo, los ojos porque ven, la nariz porque gracias a ella respiramos, el corazón porque late la vida…
Mientras tanto otro compañero acompasa el recital con el bombo y una compañera hace el estribillo diciendo, - La puta de la cabra.
Entre la puerta del ayuntamiento y el grupito de manifestantes hay un municipal aguantando estoicamente los dos chaparrones, el de la poesía y el de la fina lluvia que estaba cayendo, y los transeúntes pasando alrededor del agente.
Cuando se termino el relato y el sonsonete de la puta de la cabra, los manifestantes se pusieron al gritar “sal al balcón que para eso te hemos votado”
Así es la vida unos nos mandan recados, poemas, otros tocan el bombo, otros llevan el altavoz y los ciudadanos trabajando y viendo el espectáculo bajo el chaparrón.
Si los políticos son el celebro y el del bombo, la fiesta, ¿Qué somos nosotros?... la puta que paga.
EL SABOR QUE DESEAMOS
Hoy he degustado aceitunas negras con sabor a morcillas y olivas de color verde que sabían a pizza, comida de matrix no importa el soporte mientras lleve las especies adecuada. Ingredientes para una paella de marisco, una cartulina blanca y unas tijera, dibujar una paella, en ella los granos de arroz, trozos de calamares, almejas y gambas, con unos trocitos de ajo y pimientos. Pintar lo dibujado y verter los saborizantes al gusto, a la hora de presentar en la mesa, recortar el cartón.
Tenemos comida que lleva todas las vitaminas, A, B, C… y omegas con numeración de hasta dos dígitos. El abecedario al completo, las letras nocivas se compensan con las saludables. Dígame que bífidos quiere y yo se lo pondré en la mesa. Total tengo el especiero lleno y ganas de mover la masa.
Qué lejos queda el sabor dulce y refrescante de la sandia con sus pepitas negras y refrescantes aunque estuvieses en medio del campo a medio día en el mes de agosto. También pasaron a mejor vida las zanahorias de la huerta, eran más blanquecinas y más dulces.
Dicen que hay alimentos transgénicos, no se preocupen cogemos raíles del tren y hacemos espaguetis, tenemos garantizado el hierro. Si nos esmeramos un poco y lo troceamos mas podemos pasarlos por angulas… maravillas de la ciencia y el cliente contento… a su gusto.
Pidamos el sabor y no miremos la materia prima, da lo mismo cocido que asado, lo que importa es el sabor de la fritanga.
PEPE LA PERA
Hay dos tipos de personas que conocen mejor que nadie el palpitar del pueblo, los borrachos y las putas. De estas últimas no diré nada, bastante nos acordamos de sus hijos. El devenir de un pueblo lo reflejan fiel mente sus borrachos, antaño trabajadores, hoy gandules en los soportales de los asuntos sociales. Se sienten acreedores de una sociedad.
Recuerdo a Pepe la pera, tambaleándose, con una botella de litro de cerveza en la mano, estaría fresca para el primer trago, chiquillería riéndose y el acordándose de sus madres. Sentado en el jardín de Los Patos, hablando solo y su botella al lado. Sin ninguna enfermedad conocida, ni achaques de vejez, pues recorre todo el pueblo a pie sin bastón. Jamás lo he visto durmiendo la mona en la vía publica tapado con cartones.
Nunca este hombre hará un político, pero si estos últimos hacen Pepes la pera. Y claro está sus madres no tienen culpa. Ni debemos insultarlas por haber traído al mundo especímenes como estos. Estos también se creen que la sociedad les debe algo.
Tiene más valor la botella de Pepe, que los sobres de algunos pepes. Al menos la botella es suya y no ha estafado a nadie
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