Ayer me comentaron de una persona que es fiel a su puesto de trabajo, siempre he creído que la fidelidad es a las personas. Este hombre es amigo de los superiores, hace todo lo posible para agradarles,llegó a la sección un nuevo encargado, durante la conversación a la hora del almuerzo le pregunto cual era su deporte favorito,le respondió que el padel... Desde que está haciendo un cursillo acelerado con la raqueta no quiero opinar si lo hace también con alguna parte de su cuerpo.
La fidelidad cada cual la entienda como quiera, siempre que no me perjudique, llegada a ese extremo salto, uno se defiende cuando puede y lo cree conveniente. Si por casualidad sus actos me benefician, bien, pero seguiré manteniendo la guardia en alto, puede que cambie de juego y del padel pase al fútbol sala. Los toca pelotas de salón no me gustan pero tengo que reconocer que son una legión tan solo les falta estar federados, creo que mi compañero será el presidente de la asociación.
Dice mi compañero, “Si metes la pata, sácala y continua” quien espere la rectificación o las disculpas que espere sentado, sigue siendo fiel a su trabajo y a las habichuelas, aunque cada vez sean menos. No es necesario contar con él para una rebelión, tan solo para unos cafés frente a la maquina dispensadora de la oficina con nosotros, siempre que no este el jefe.
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