Mr. Spock |
A veces aumenta el ritmo de trabajo por venir de una avería, estar en campaña, alguna urgencia… Luego está la falta de previsión, lo cual hace que estemos continuamente disponibles, o que nos pruebe el jefe o el encargado de turno para observar nuestra resistencia, o el tocamiento de narices si es visto por nuestra parte.
La disponibilidad se debe pagar, para que no se considere favor laboral ni medalla para quien la realiza, a lo largo de la vida laboral siempre nos acordaremos de los sábados mal remunerados, de las noches vigilando la caldera y de alguna fiesta que trabajemos y no la pudimos sumar al puente. La vigilia de la disponibilidad tiene un precio y mal pagado, nos priva de la libertad.
Quien quiera el plus de la disponibilidad…se lo regalo. Lo triste es cuando suena el teléfono, estás obligado a cogerlo, y la recompensa son las mil gracias. Para ese tocamiento del arco del triunfo mejor no estar disponible.
Lo disponible agota y solo vale para la guerra.
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