RUSIA

Rusia renuncia a la ayuda de EEUU para liquidar armamento nuclear

 

Los medios de prensa rusoa informan que Moscú ha decidido clausurar el programa norteamericano de reciclaje del armamento nuclear. El país está en condiciones de financiar los gastos de desmontaje del arsenal nuclear obsoleto de la extinta Unión Soviética.

Sobre todo porque la ayuda norteamericana se convirtió en una herramienta de presión política, y los propios “ayudantes” obtuvieron demasiado acceso a los secretos nucleares rusos.

 

El programa Nunn-Lugar para el reciclaje de armamento nuclear de los países de la antigua URSS fue aprobado por el Congreso de EEUU en 1991. Durante veinte años los norteamericanos gastaron en Rusia más de ocho millardos de dólares. Fueron desmontadas más de siete mil quinientas ojivas nucleares, desarmados cerca de mil misiles intercontinentales, así como centenares de misiles de otros tipos, bombarderos, lanzaderas, armas químicas.

 

El acuerdo fue prorrogado en dos ocasiones y caducará en mayo de 2013. La Casa Blanca desea prorrogarlo nuevamente: las negociaciones al respecto tomaron varios meses. Sin embargo, el Kremlin ha decidido responder con una negativa. La causa problable reside en que los intereses de la contraparte norteamericana van mucho más allá de los trabajos de reciclaje de los misiles viejos. Con más detalles, Víctor Báranets:

 

—Bajo la fachada del reciclaje de armamentos, la parte norteamericana obtuvo acceso prácticamente total a todos los arsenales y bases donde almacenábamos armas nucleares. Alegando que nos ayudaban, instalaron su equipamiento en las armas nucleares. Llegó hasta el extremo de que los especialistas norteamericanos sometían a los oficiales rusos a pruebas con detectores de mentiras para comprobar su capacidad para trabajar con las armas nucleares.

 

Además, según Baranets, los norteamericanos literalmente compraban a los especialistas rusos. Y no solo a los especialistas en desmontaje y reciclaje de armas nucleares, sino a los especialistas en su desarrollo.

 

Surge la pregunta: ¿si las condiciones de esta cooperación eran tan desiguales, por qué el Kremlin las aceptó? ¿Y por qué, además, la prorrogó en dos ocasiones? Por una parte, incidió la coyuntura política. Durante los noventas, la política exterior rusa fue catalogada por muchos especialistas como prooccidental. Y por otra parte, Moscú no disponía al momento de la firma del convenio, ni recursos financieros y capacidad suficiente para el reciclaje independiente de los misiles. Y era preciso llevar a cabo este proceso, ya que habíamos firmado los convenios internacionales correspondientes.

 

Ahora Rusia está en condiciones de financiar sus labores de reciclaje. Además, el gobierno ruso tiene muchas preguntas que hacerles a las organizaciones no comerciales extranjeras y sus programas. El programa de Nunn-Lugar está entre ellas, afirma el presidente del Consejo Social del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa, Igor Korotchenko:

 

—Se han tomado medidas legales conocidas, en concreto, sobre los agentes extranjeros dentro de las organizaciones no comerciales. Disponíamos de una base de datos e informaciones suficientes, que obligaron al gobierno ruso a tomar esta medida. Evidentemente, obtuvimos una gran cantidad de materiales. Entre ellos, muchos procedentes del Buró Federal de Seguridad, que permitieron llegar a la conclusión de la necesidad de interrumpir la actividad de estas estructuras norteamericanas. Se tornaba evidente que el nivel de ingerencia de estas organizaciones en los asuntos internos de la Federación Rusa había alcanzado dimensiones tales que era necesario ponerle fin a esto.

 

El experto recuerda que el programa estatal Vooruzhenie (Armamento) tiene previsto la entrega de recursos para el reciclaje de armas obsoletas. O sea, que Rusia puede continuar con esta labor por medios propios. No obstante, el ministerio de Relaciones Exteriores estudia las posibilidades de una cooperación ulterior con EEUU. Pero con la condición de que sea firmado un nuevo acuerdo basado en los principios de igualdad y respeto mutuo.

 

Fuente: La voz de Rusia