Recientemente hemos tenido noticias del alcalde de Marinaleda, Sánchez Gordillo, al que se ha apodado Robin Hood.
Independientemente de la existencia del mito inglés, los medios de desinformación masiva no han querido apodarle como los Robin Hood's españoles, es decir, Curro Jiménez, José María el tempranillo, o cualquier otro bandolero del siglo XIX que hacía el papel de Robin Hood. Porque si lo ignoran, el héroe inglés no era como nos lo ha pintado el cine ni la literatura. Por el contrario fue un forajido que no sólo robaba a los ricos, sino a quien se pusiera por delante. La historia popular lo convirtió en héroe cuando se enfrentó a las tropas del Rey Juan, hermano de Ricardo Corazón de León que ostentaba el trono mientras este último combatía en las cruzadas.
De hecho, el nombre de Robin Hood fue una tergiversación de otro nombre al que se le atribuye la autoría de numerosos crímenes y robos, que obviamente cometió contra los adinerados. Y sí es cierto que dío oro a los pobres, pero a cambio de su hospedaje y escondite. Finalmente se tuvo que refugiar en el famoso bosque de Sherwood, pero fue porque nadie quería ya saber nada de él.
El cine y la literatura lo tomaron como figura rebelde para crear historias de educación emocional, es decir, los malos triunfan si dejan de ser malos y se vuelven buenos. Como ocurrió en España con Curro Jiménez, el Torete o el Vaquilla. No dejaban de ser héroes incomprendidos por la sociedad que sólo atracaban a los ricos y encima estaba bien visto.
Hoy tenemos otro Robin Hood con carné de Izquierda Unida enarbolando banderas republicanas que viola la ley a su antojo. Allanamiento de morada, robo con amenazas y golpes, instigador de masas... y no pasa nada. Este señor acaba de justificar a los ocupas y a todo aquel que quiera colarse en cualquier sitio sin pagar por ello y hacer uso de sus instalaciones.
Pero lo mejor es que como a los héroes de la ficción, los reciben en los pueblos al grito de "el pueblo unido jamás será vencido" y les ofrecen paella y leche fresca. Pero ojo, el héroe se queja de que lo albergan en un polideprotivo, que podrían alojarlo en un lugar más fresco.
Manda güevos, como diría el paisano Trillo. ¿Pero es que no hay leyes en este país que impidan el uso y abuso de lo privado por parte de quien sea? Osea, por arte de birlibirloque ahora nos cojemos unos cuantos "Camaradas" y nos vamos al Jarro del Oro, rompemos su puerta nos comemos una paella y después nos bañamos en la piscina del vecino...y tan panchos, "que semos de la isquierda" "semos el pueblo". Por eso ayer los esperaban en un pueblo fantasma rebosantes de guardia civil, eso sí, los alojaron y comieron paella y leche gratis.
De ahí a que los inmigrantes lo aprendan... un verbo.
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