Hace tiempo escuché en un programa de radio de ORM a un hombre que decía. "Las profecías están para que no se cumplan" luego aclaró..."Si el hombre sabe de antemano lo que puede ocurrir con sus actos, también puede cambiar de actitud y de actos, evitando entonces que la profecía se cumpla"
Resultó curioso a la vez sorprendente como es que numerosos profetas han errado en sus profecías, o es que el hombre cambió su destino al cambiar su actitud. Si esto lo aplicamos a lo cotidiano nos daremos cuenta de que en realidad no es tan difícil que una profecía se cumpla o no.
Imaginemos que uno de nuestros hijos va bien en el colegio, y por una temporada fracasa en los últimos exámenes. Nosotros sin ser profetas, pero con una experiencia de vida, vemos a dónde se conduce el zagal si no cambia su actitud. Y lo decimos, incluso lo escribimos en una libreta. Sabemos de antemano que esa persona, sea por lo que sea, si mantiene la misma conducta de no esfuerzo y estudio, inevitablemente fracasará. Sin embargo se le da la oportunidad de cambiar, de avisarle que se acerca al precipicio donde si cae, no tendrá solución y repetirá el curso.
Obviamente esto es un ejemplo trivial, pero el mismo procedimiento podemos aplicarlo al mundo. Cuando algún profeta vaticina lo que ocurrirá en el futuro, aparte de unas dotes sorprendentes para la videncia, también se presta a que su profecía no se cumpla por el mero hecho de que los acontecimientos que se necesitaban para que se cumplieran ahora, no se dan.
Muchos han sido los que han profetizado el futuro, Nostradamus, San Malaquías, San Nilo (este uno de los mejores), etc. Yo particularmente me quedo con Solari Parravicini.
Sin caer en el tópico de una creencia a pies juntillas, si es digno de tener en cuenta lo que nos cuenta en su profecía sobre el 2012 y los JJ: OO. de Lóndres y la tercera guerra mundial antes de su muerte en 1974.
No hay comentarios:
Publicar un comentario