Es un reclamo publicitario pasar lo ordinario por el tapíz de lo tradicional y quererlo vender como etiqueta negra, hecho frecuente en los medios de comunicación, ejemplos: “de la casa” lo que ocurre que la casa es grande y está en un polígono industrial... marca de la casa en vez de decir hecho en casa. Otro, “Producto artesano” es arte sano aunque el recipiente donde se hace sea mas grande que una plaza de toros, todo es cuestión de números. Es productos es artesano y nunca mejor dicho porque utilizando los métodos de producción enchufado a una maquina es un arte estar sano.
Hemos cambiado los controles de calidad por el controlador de la calidad, es mas objetivo que el individuo, pero el alma el cariño y el mimo no la lleva el producto salido de la torva. Como el olfateador y degustador de vinos, el catador de queso o el virtuoso conocedor de melodías que ha sido cambiado digitalmente por unos botones de una caja negra.
Lo tradicional dejo de existir el día que murió el mortero y almirez, tanto para condimentar los alimentos como para los medicamentos de farmacia... nos toca ajo y agua. No toca ver como lo tradicional se anuncia como bueno y es una quimera mas del matrix donde vivimos.
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